Central de energía: el caso de éxito de la universidad de Stanford

Imagínate un sistema capaz de generar frío y calor al mismo tiempo, que sabe cuándo es más barato usar energía y que toma cientos de decisiones al día para funcionar con la máxima eficiencia. No es ciencia ficción: es lo que ha conseguido la Universidad de Stanford con su Central de Energía. Lejos de limitarse a producir energía, este innovador sistema recupera el calor que antes se perdía, lo almacena y lo reutiliza. Todo esto gestionado con inteligencia artificial en tiempo real. El resultado: menos emisiones, menos consumo y un campus más sostenible. En este artículo te contamos cómo lo han logrado, qué tecnologías están detrás y cómo este modelo puede inspirar un cambio real en la forma en que gestionamos la energía.

Qué es una central de energía y cómo funciona

Una Central de Energía es una instalación que gestiona la producción, recuperación, almacenamiento y distribución de energía térmica de forma centralizada para un conjunto de edificios o espacios, como universidades, hospitales o zonas industriales. En lugar de que cada edificio tenga su propio sistema de climatización, todo se concentra en una única infraestructura que permite controlar y optimizar el uso de energía en tiempo real.

El mejor ejemplo de este modelo innovador lo encontramos en la Universidad de Stanford, que ha transformado por completo la forma en que consume energía gracias a una Central de Energía de última generación. Este sistema combina la recuperación de calor, el almacenamiento térmico y fuentes de energía renovable, todo gestionado de manera inteligente con el software OpenBlue de Johnson Controls.

Recuperación de calor: aprovechar lo que antes se perdía

Una de las grandes ventajas de una Central de Energía moderna es la capacidad de reutilizar el calor que normalmente se desperdicia. En el caso de Stanford, el sistema captura el calor generado durante la refrigeración del agua y lo utiliza para calentar otras zonas del campus. Este aprovechamiento de calor residual permite cubrir hasta el 88% de las necesidades de calefacción sin necesidad de combustibles fósiles.

Esto es posible gracias a los enfriadores de recuperación de calor, capaces de generar grandes cantidades de energía térmica y de refrigeración al mismo tiempo. De este modo, se logra una eficiencia energética impresionante y un ahorro considerable en costes operativos.

Almacenamiento térmico: energía lista cuando se necesita

Otro componente clave de una Central de Energía avanzada es el almacenamiento térmico. Esto consiste en grandes tanques que conservan agua caliente y fría para su uso posterior. Así, se puede calentar o enfriar el agua en los momentos más económicos y eficientes, y utilizarla cuando realmente se necesita.

Este sistema proporciona una gran flexibilidad, evita el uso de equipos adicionales y se adapta a las necesidades energéticas cambiantes a lo largo del día. En Stanford, por ejemplo, los tanques de almacenamiento pueden gestionar el equivalente a miles de hogares, lo que permite reducir el impacto ambiental y económico.

Inteligencia predictiva con Openblue

El cerebro de esta Central de Energía es OpenBlue, una plataforma desarrollada por Johnson Controls que toma decisiones de forma predictiva para maximizar la eficiencia del sistema. Analiza más de 1.200 variables, desde la ocupación de los edificios hasta la previsión del tiempo, para ajustar el funcionamiento de la planta en tiempo real.

Gracias a este sistema inteligente, se pueden tomar casi 500 decisiones cada pocos minutos para reducir el consumo eléctrico, minimizar la huella de carbono y asegurar un rendimiento óptimo. Esto demuestra que una buena gestión energética no solo depende de la tecnología física, sino también del análisis de datos y la automatización.

Así funciona el sistema en la Universidad de Stanford:

Hacia un futuro más sostenible

La experiencia de Stanford demuestra que una Central de Energía bien diseñada no solo es más económica y eficiente, sino también más sostenible. Permite reducir el uso de combustibles fósiles, disminuir el consumo de agua y aprovechar mejor los recursos disponibles.

En Johnson Controls creemos que este modelo es replicable en otros entornos: empresas, hospitales, complejos industriales, universidades o incluso ciudades enteras. Por eso, trabajamos con soluciones como OpenBlue, que ayudan a las organizaciones a gestionar su energía de forma más responsable, segura y rentable.

Si tú también quieres descubrir cómo implementar una estrategia energética más eficiente y sostenible, te invitamos a conocer más sobre nuestras soluciones en Johnson Controls OpenBlue o a contactarnos directamente aquí. Juntos podemos transformar el futuro de la energía.

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