¿Cuándo debes abrir la puerta a desconocidos?

En la mayoría de los vecindarios encontramos hogares con algún jubilado o amas de casa durante el día (aunque cada vez menos, también es verdad). El caso es que parece que siempre que alguien llama a la puerta es cuando están solos. Si es el cartero o de un servicio de mensajería, se les abre, pero ¿cuando es un extraño?. Puede tratarse de algún tipo de encuesta, o son de una compañía telefónica, o del gas, o de alguna asociación, o quieren ofrecer algún producto o servicio (hay tantas variaciones…). Y no tiene por qué pasar nada, pero este tipo de situaciones dictan que antes de abrir la puerta hay que asegurarse y pedir la identificación de quien llama y para qué. Es el mejor consejo que os podemos dar desde el Blog de la Seguridad de ADT. Mejor no dejar entrar en casa a nadie si no esta claro quien es y educadamente decir un “no, gracias” para después irnos a hacer lo que estabamos haciendo.

Una historia real

Os vamos a poner como ejemplo una historia que cuenta Robert Siciliano, experto americano en seguridad:

El timbre de la puerta suena y un hombre está en el rellano con una carpeta, un metro, tiene un cinturón de herramientas y un mono verde y una chapa diciendo que es de la compañía local del agua. La propietaria dice “Hola ¿puedo ayudarle?” y él informa que es de la compañía del agua y necesita entrar para comprobar la coloración y PH del agua de la persona en cuestión.
La propietaria le deja pasar, él abre la llave del agua, y ella se va a cuidar de un bebé que está llorando, mientras él ve una cartera en la mesa de la cocina.
La mujer vuelve aproximadamente tres minutos más tarde, y él dice: “todo está bien, perdón por las molestias, tenga un buen día”.
¿Era él de la compañía del agua? NO. ¿Robó él la cartera? NO. ¿Sabéis por qué no robó él la cartera? Porque el hombre con una carpeta, el metro, el cinturón de herramientas, con un mono y una chapa que decía que era de la compañía local del agua era YO.
Hice esto en el show televisivo de Montel Williams para demostrar una cosa. Este es un truco común que un ladrón puede utilizar para invadir tu casa durante el día. El problema mayor al que os enfrentáis es que sois demasiado buenos. Cuando el timbre de la puerta suena, la primera reacción de la mayoría de la gente es decir “En qué puedo ayudarle?” Queremos ayudar, queremos complacer y cuando alguien llama a la puerta se convierte en personal para nosotros.
Somos una especie agradable, confiada y civil. Confiamos por defecto. Queremos ayudar y complacer y no queremos pensar nunca que algo malo está al otro lado de la puerta o que lo malo nos puede pasar a nosotros.
El “malo” sabe esto y te ha identificado, a ti, a tu madre, abuela, abuelo o a cualquiera que conteste a la puerta. Puede tener dientes blancos y resplandecientes e incluso fresco aliento a menta. Cuidado.

Así que, aseguraos bien al abrir. Pedid identificación a la persona que llama y, si lo veis necesario, llamad a su compañía para aseguraros de que se está llevando a cabo una campaña informativa o comercial por la zona. Piensa sobre la seguridad de tu hogar y de tu familia.

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