¿Qué es la tecnología RFID, y cuando nació?

Últimamente se está hablando mucho de la tecnología RFID, su aplicación en el comercio cada vez es más masiva, se han multiplicado sus aplicaciones logísticas (desde el control y seguimiento de artículos de ropa al de medicamentos). Es una tecnología que proporciona las soluciones más avanzadas e impulsa la seguridad y la eficiencia en las compañías. Muchos de los principales líderes del sector minorista en todo el mundo han confiado ya en la tecnología RFID de Tyco, con ésta se aporta un valor sin precedentes a la hora de aumentar la precisión del inventario, mejorar la satisfacción de los clientes, impulsar las ventas y aumentar la eficiencia de los comercios.

Desde Tyco, viajamos a los orígenes de la tecnología RFID

Este tipo de sistemas de tarjetas identificadoras sin contacto con el sistema de lectura se llaman abreviadamente RFID (Radio Frequency Identification).
La tecnología que forma la base de RFID fue primeramente desarrollada durante la II Guerra Mundial usada de forma extensa por los británicos para identificar aviones a kilómetros de distancia; para ello se utilizaba el radar,  pero no permitía su identificación.  El ejército alemán descubrió que para distinguir a los aviones alemanes de los aliados, si los pilotos balanceaban sus aviones al volver a la base cambiaría la señal de radio reflejada de vuelta. Este método hacía la distinción de unos y otros y se convirtió en el primer dispositivo de RFID pasivo.
Orígenes de la tecnología RFID
Los sistemas de comunicaciones por radiofrecuencia y de radar avanzaron en las décadas de los  50 y los 60 en que los científicos de los países más avanzados trabajaban para analizar cómo poder identificar objetos remotamente. Tras este gran avance, pronto muchas compañías comenzaron a trabajar con sistemas basados en esta tecnología, así podían determinar si un objeto había sido pagado o no a la salida de las tiendas.
Las primeras patentes para dispositivos RFID fueron solicitadas en Estados Unidos, concretamente en Enero de 1973 cuando Mario W. Cardullo se presentó con una etiqueta RFID activa que portaba una memoria rescribible. El mismo año, Charles Walton recibió la patente para un sistema RFID pasivo que abría las puertas sin necesidad de llaves. Una tarjeta con un transponedor comunicaba una señal al lector de la puerta que cuando validaba la tarjeta desbloqueaba la cerradura.
Con el tiempo,  han ido llegando mejoras en la capacidad de emisión y recepción, así como en la distancia, lo cual ha llevado a extender su uso en ámbitos tanto domésticos y comerciales  como en gobiernos en aplicaciones civiles y militares, en  asuntos de seguridad nacional (pasaportes o billetes con tecnología RFID), controles de acceso y pagos inalámbricos.