En nuestro país (como en todos, que no vamos a darnos de latigazos pensando que somos los únicos) hay problemas de violencia. Y hay algunos pueden llegar a preocuparnos más que otros. Entre éstos se encuentra la violencia juvenil.
En el Blog de la Seguridad de ADT queremos compartir un post de Facilísimo.com, que intenta analizar esto y nos da algunas claves. Porque según esta información, un 16% de los jóvenes de nuestro país muestran este tipo de conductas agresivas. Los padres ven preocupados cómo las violencia de sus hijos aumenta, y los chavales dicen que se sienten “incomprendidos” (el gran problema de la juventud de todas las épocas, por otra parte). La clave parece que está en la educación, el entorno social y familiar y la predisposición del joven a infringir las normas. Según los expertos consultados por esa web, hay un problema de los jóvenes para expresar sus sentimientos y afirmar su personalidad ante la gente adulta. La violencia juvenil se extiende por todos lados, potenciada por un exceso de libertad, la falta de normas y de criterio propio, la necesidad de adaptación al grupo y el bombardeo en televisión con imágenes violentas.
Consejos para los padres
Hay que tener en cuenta que de un ambiente supuestamente “sano” también puede salir un delincuente y de un ámbito desestructurado, un ejemplo para la sociedad. Cada familia y cada adolescente son un mundo. Lo que aconsejan los psicólogos es no utilizar la “guerra preventiva” con los hijos: prohibir todo tajantemente puede producir en ellos un efecto adverso de rebeldía mucho más intensa. Hay que ser dialogantes con ellos y flexibles (aunque nunca como ‘colegas’), siempre dejándoles claro vuestra autoridad como tutores. Tienen que sentir confianza para que os cuenten sus problemas. Según este post de Facilísimo.com sobre violencia juvenil que os aconsejamos leer, podéis hacer mucho más de lo que creéis fomentando la comunicación con vuestros hijos. Sabemos que en ocasiones puede ser desesperante. Como dicen en el post, todos hemos sido adolescentes. ¡Así que ánimo!