¿Cómo optimizar la ventilación de escuelas y universidades?

Los edificios son los lugares donde pasamos aproximadamente el 90 % de nuestro tiempo. Así pues, los factores ambientales de estos espacios, como la humedad, el CO₂, los gases, las bacterias o los virus, ponen en riesgo nuestro bienestar y nuestra seguridad en el transcurso de nuestro día a día. Ahora que los centros educativos vuelven a funcionar con normalidad tras la pandemia, es imperioso favorecer una óptima ventilación de las escuelas y universidades. 

El reto de la ventilación de escuelas y universidades

Así pues, antes de la pandemia ya eran notables los avances en la planificación y gestión de los edificios dedicados a actividades comerciales. Sin embargo, hoy en día, los entornos educativos todavía no han asimilado estos cambios en sus instalaciones. Y, especialmente después de que se hayan flexibilizado las restricciones relacionadas con la COVID-19, es imprescindible velar para que los alumnos disfruten de un entorno seguro. Por esta razón, la ventilación de escuelas y universidades debería ser un objetivo primordial en nuestra sociedad.

Situación de los centros educativos en España

Según una investigación de la Plataforma de Edificación Passivhaus y la Universidad de Burgos, solamente se dan las condiciones adecuadas de temperatura y humedad, el 68 % del tiempo que los alumnos se encuentran en el colegio. Y todavía es peor en relación con los niveles de CO₂, ya que el ambiente es óptimo únicamente un 32 % del tiempo. En conclusión, los alumnos solo disfrutan de unas condiciones de confort completamente apropiadas el 16 % del tiempo que pasan en los centros educativos.

Consecuencias de una ventilación deficiente

A continuación, nombramos algunos de los efectos adversos fruto de una mala ventilación:

  • Problemas de salud. Las temperaturas variables y la exposición continuada a virus o bacterias, así como a gases y humos, pueden afectar gravemente la salud de profesores y estudiantes.
  • Menor productividad. Además, las malas condiciones del aire también pueden influir en los niveles de productividad y rendimiento académico de los estudiantes.
  • Altos costos económicos. La circulación del aire exterior en las aulas, debida a la apertura de ventanas para ventilar, provoca la subida o bajada de las temperaturas. Como consecuencia, se necesita más energía para mantener una temperatura adecuada y, por lo tanto, aumenta el precio de las facturas.
  • Poca sostenibilidad energética. Además, un derroche de energía innecesario también tiene un impacto negativo en el medio ambiente.

Purificadores de aire HEPA-13

Johnson Controls es líder mundial en edificios inteligentes, saludables y sostenibles y pone al servicio de los centros educativos los purificadores de aire HEPA-13. Algunas de sus ventajas son:

  • Filtración exhaustiva del 99,95 % de los virus y bacterias del aire de los espacios interiores. 
  • Circulación del aire en poco tiempo gracias a su filtro HEPA-13 de varias etapas. 
  • Efecto desinfectante y germicida debido a la incorporación de la luz UV-C integrada.
  • Dimensiones compactas que proporcionan un uso móvil y permiten un fácil traslado. 
  • Instalación rápida y sencilla gracias a la conexión de los purificadores a una toma de corriente convencional.

Reducción del consumo y ahorro de energía en comparación con la pérdida de calor que supone la ventilación con ventanas abiertas.

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