El futuro y la tecnología Big Data llega a los grandes gigantes de la moda, renovando las clásicas alarmas anti-robo que se usan en retail y convirtiéndolas en una herramienta de control total de las prendas.
Hoy en día es posible incluir en las etiquetas para ropa un chip que contiene toda la información del producto que acompaña la prenda. De este modo, podríamos decir que el Big data también ha llegado a las etiquetas para ropa. Ahora, además de evitar el robo de las prendas, aportan todo tipo de información sobre el producto, su ubicación, las ventas realizadas o el inventario de una determinada tienda. Poco a poco esta tecnología va calando cada vez mas en los grandes retailers.
El interior de estas etiquetas para ropa o accesorios esconden una pequeña antena de radiofrecuencia (RFID) que convive con el dispositivo antirrobo tradicional. Esta antena es una fina película de circuitos que contiene un código único relacionado a una prenda concreta incluyendo información de modelo, talla o color.
Una herramienta de trabajo innovadora
Este chip cargado de información permite, gracias al recuento de las etiquetas de alarmas extraídas en una tienda, conocer cuales son los productos de éxito en ese periodo, cual es el volumen de ventas global e incluso introducir de manera automática la información del producto en el ordenador al extraer la alarma.
A partir de ahora el personal de caja no necesita pasar el código de barras por el lector para realizar el cobro al cliente. Un pequeño gesto que a lo largo del día repetían en infinitas ocasiones y que con la implantación de las nuevas etiquetas para ropa les ahorrará tiempo y permitirá efectuar el cobro con más agilidad. Pero no sólo hay ventajas en la operativa de tienda, esta tecnología afecta a todo el proceso.
La codificación de millones de prendas
Aunque las prendas suelen ser alarmadas en los fábricas donde se producen, el código que se le atribuye al chip se implanta en los centros logísticos de cada cadena.
En el centro logístico todas las prendas ya alarmadas pasan por un escáner que introduce todos los datos del producto en su alarma en tan sólo unos segundos. Desde que el código queda grabado en el chip, la antena RFID empieza a emitir comunicándose directamente con el ordenador para informar de su llegada o salida del almacén.
Prendas totalmente controladas
Una vez en la tienda, el personal ya no necesita abrir cada caja para confirmar las prendas detalladas en el albarán. Pasando un lector a menos de 3 metros de la caja podrán confirmar qué productos, de qué color y qué talla contiene dicha caja.
Ahora se posee la información de cada producto al momento. Tan solo escaneando el código de una prenda pueden saber cuántas quedan en su tienda, en el almacén o donde quieran. Y al desalarmar la prenda, el chip enviará la información a la caja registradora antes de borrarla y esperar de nuevo ser implantada en otra nueva prenda.
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