Los juegos online cada vez están más presentes en los dispositivos tecnológicos, ya sea en tablets, smartphones u ordenadores. Es una opción de ocio más que ofrece internet. Los avances tecnológicos han permitido que no solo se juegue a través de los ordenadores sino que se extienda su uso a otros dispositivos. Sin embargo, existe la problemáticos de que más de la mitad de sus usuarios son niños y adolescentes, sujetos bastante indefensos ante las ciberamenazas y la ciberdelincuencia.
Juegos online como estafa
El phishing (suplantación de identidad) por ejemplo está presente en esta forma de entretenerse en la red. Los ciberdelincuentes emplean este tipo de reclamo para adueñarse de datos personales de la víctima a través de URLs falsas. Por eso, es muy importante estar pendiente de si esos juegos online piden alguna aportación económica para avanzar en el juego y qué tipos de datos personales solicitan. Un buen consejo es fijarnos si el juego online ofrece una navegación segura observando en la barra del navegador si aparece la letra “s” tras http, es decir: “https”.
Lo que sucede también en muchos de estos juegos online es que crean comunidades donde hay herramientas como el chat. En estos chats se pueden intercambiar impresiones. Y es aquí donde hay que prestar buena atención a qué tipo de informaciones se están manejando, ya sea por parte de los padres, hermanos, tutores, familia, amigos… y explicar a los menores que nunca deben facilitar sus datos personales. Lo conveniente sería registrarse con un nick que mantenga nuestros datos en el anonimato y usar el email de un adulto para que supervise y mantenga un mayor control.
Los cibercriminales son expertos a la hora de manipular y sacar información y más cuando se trata de niños o adolescentes que suelen ser más vulnerables. Por eso, lo recomendable en estos casos es estar presente cuando el menor accede al juego online y empieza a interactuar.
En las redes sociales hay muchos reclamos publicitarios y anuncios de juegos online, por ello es aconsejable establecer alguna vigilancia cuando los niños accedan a este los juegos online. Se trata, sobre todo, de saber si esos juegos disponen de chats, qué tipos de datos solicitan, si es necesario registrarse y comprobar que no piden el pago de alguna tarifa para acceder a determinadas ventajas del juego. A través de estas vías es como los ciberdelincuentes pueden delinquir contra el menor o incluso los ciberacosadores ejercer algún tipo de acoso o presión.
Como consejo y conclusión, lo ideal es que los usuarios de los juegos estén informados de los riesgos que corren e indicarles que ante cualquier indicio extraño que detecten lo hablen con un adulto inmediatamente, para así poder actuar lo antes posible y si es necesario poner la correspondiente denuncia.
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