La efracción es la rotura de algo, en este caso concreto, la rotura de una puerta o una ventana para cometer un robo. La Policía Nacional, en su afán de difundir y concienciar a la población sobre los peligros y riesgos que existen sobre sus bienes e inmuebles, explica los diferentes grados de resistencia a la efracción. Os los contamos.
La efracción y los grados de resistencia a la misma
- Grado 1 # El ladrón intenta entrar utilizando herramientas pequeñas y sencillas y la violencia física como patadas, embestidas con el hombro, elevación o arrancamiento. El ladrón normalmente no sabe cuál será su botín y el riesgo que está dispuesto a asumir es bajo. Suele ser un ladrón ocasional.
- Grado 2# El ladrón intenta entrar utilizando herramientas sencillas como destornilladores, alicates, uñas, pequeñas sierras manuales para atacar rejas y bisagras visibles. El ladrón no suele conocer el botín que le espera y el riesgo que asumirá será bajo. Suele ser un ladrón ocasional.
- Grado 3# El ladrón trata de entrar utilizando una barra de uña, un destornillador adicional y herramientas manuales como un pequeño martillo, punzones y un taladro mecánico. El ladrón normalmente desconoce el posible botín y el riesgo que está dispuesto a asumir es medio.
- Grado 4# El ladrón, es un ladrón habitual y con práctica. Usa un martillo pesado, hacha, cinceles y un taladro motorizado que funciona con una batería. El ladrón espera un botín razonable, no está tan preocupado por el nivel de ruido. El riesgo que está dispuesto a asumir es mayor.
- Grado 5# El ladrón es experimentado y utiliza herramientas eléctricas como taladros, sierras de espadín y una amoladora de angular. El ladrón espera un botín razonable y actúa de forma resolutiva en su esfuerzo por entrar y está bin organizado. Le preocupa poco el nivel de ruido y el riesgo que está dispuesto a asumir es alto.
- Grado 6# El ladrón está bien organizado y tiene experiencia. Usa una piqueta, potentes herramientas eléctricas como taladros, sierras de espadín y una amoladora de angular. El ladrón espera un buen botín, actúa de forma resolutiva y el riesgo que está dispuesto a asumir es alto.
Estos grados de efracción sirven para evaluar el grado de seguridad que tiene por ejemplo las puertas acorazadas o cualquier elemento que ayude a la seguridad. Las normativas sirven también para regular estos productos y sobre todo la calidad y seguridad que ofrecen sean la mínima exigida.